
30 DIAS A LA VICTORIA A TRAVEZ DEL PERDON
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Hace algunos años contraje la gripe. Rara vez enfermo, pero en esta ocasión duró una semana. El domingo por la mañana caminé tambaleando hasta el armario, me puse lo primero que encontré y llegué hasta el garaje.
Mi esposa Lois me vio sentado en el auto con aspecto febril y débil, y me dijo: “Tony, te lo ruego, quédate hoy en casa”. En casi cuatro décadas como pastor, nunca falté un domingo por enfermedad. Pero esa vez, ella tenía razón. No estaba en condiciones de conducir hasta la iglesia, y mucho menos de predicar dos sermones de una hora.
La gripe que esa semana se apoderó de mi cuerpo y me tuvo postrado ilustra lo que puede hacer en tu vida la falta de perdón. Puede controlar tus decisiones y tus actos. Llevar la carga del ayer puede consumir tu energía hasta no permitirte vivir la vida que Dios tiene reservada para ti. Es como cargar con tus pertenencias en varias bolsas y mochilas cuando viajas, en vez de tirar sin esfuerzo de una maleta con ruedas. La cantidad de bultos podría ser la misma, pero la forma de transportarlos determina el cansancio que sientas, tu velocidad al caminar y la facilidad para subir y bajar escaleras. Si acumulas demasiadas mochilas sobrecargadas, te inmovilizas.
Si tu vida es así, anímate, porque Dios ve tu agotamiento y cómo te tambaleas, cuando deberías estar corriendo. Te ve juntando cosas en vez de expresar plenamente tus dones y habilidades. Ve que cargas más de lo que puedes llevar. Con solo descansar en Él, te mostrará cómo moverte por la vida sin tanto esfuerzo.
No prediqué aquel domingo que estuve enfermo, pero sí atendí al sabio consejo de mi esposa. Salí del auto, volví a la cama y enseguida me quedé dormido. Durante la semana siguiente, me alimenté de la comida sana que ella me preparó y seguí las instrucciones del médico. Como consecuencia, mejoré. El domingo siguiente, estaba otra vez en el púlpito.
Dios tiene un plan para tu vida y también para tu energía. Puede llevar tiempo y sin duda requerirá disciplina. Debes descansar en Él y alimentarte de la comida saludable que Él ha preparado para ti, como la sabiduría de su Palabra y los momentos de intimidad con Él. Si lo escuchas y le obedeces, te restaurará y te dará fuerza para vivir como Él ha destinado que vivas.
En cuarenta años de consejería a personas que viven en derrota, he comprobado que la falta de perdón ha sido el problema más común. Todos necesitamos perdonar en algún momento. La falta de perdón afecta a todos y suele impedir que las personas cumplan el plan de Dios para sus vidas. Por eso me apasiona compartir contigo estos principios durante el transcurso del próximo mes. Es hora de ser libre.
Hace algunos años contraje la gripe. Rara vez enfermo, pero en esta ocasión duró una semana. El domingo por la mañana caminé tambaleando hasta el armario, me puse lo primero que encontré y llegué hasta el garaje.
Mi esposa Lois me vio sentado en el auto con aspecto febril y débil, y me dijo: “Tony, te lo ruego, quédate hoy en casa”. En casi cuatro décadas como pastor, nunca falté un domingo por enfermedad. Pero esa vez, ella tenía razón. No estaba en condiciones de conducir hasta la iglesia, y mucho menos de predicar dos sermones de una hora.
La gripe que esa semana se apoderó de mi cuerpo y me tuvo postrado ilustra lo que puede hacer en tu vida la falta de perdón. Puede controlar tus decisiones y tus actos. Llevar la carga del ayer puede consumir tu energía hasta no permitirte vivir la vida que Dios tiene reservada para ti. Es como cargar con tus pertenencias en varias bolsas y mochilas cuando viajas, en vez de tirar sin esfuerzo de una maleta con ruedas. La cantidad de bultos podría ser la misma, pero la forma de transportarlos determina el cansancio que sientas, tu velocidad al caminar y la facilidad para subir y bajar escaleras. Si acumulas demasiadas mochilas sobrecargadas, te inmovilizas.
Si tu vida es así, anímate, porque Dios ve tu agotamiento y cómo te tambaleas, cuando deberías estar corriendo. Te ve juntando cosas en vez de expresar plenamente tus dones y habilidades. Ve que cargas más de lo que puedes llevar. Con solo descansar en Él, te mostrará cómo moverte por la vida sin tanto esfuerzo.
No prediqué aquel domingo que estuve enfermo, pero sí atendí al sabio consejo de mi esposa. Salí del auto, volví a la cama y enseguida me quedé dormido. Durante la semana siguiente, me alimenté de la comida sana que ella me preparó y seguí las instrucciones del médico. Como consecuencia, mejoré. El domingo siguiente, estaba otra vez en el púlpito.
Dios tiene un plan para tu vida y también para tu energía. Puede llevar tiempo y sin duda requerirá disciplina. Debes descansar en Él y alimentarte de la comida saludable que Él ha preparado para ti, como la sabiduría de su Palabra y los momentos de intimidad con Él. Si lo escuchas y le obedeces, te restaurará y te dará fuerza para vivir como Él ha destinado que vivas.
En cuarenta años de consejería a personas que viven en derrota, he comprobado que la falta de perdón ha sido el problema más común. Todos necesitamos perdonar en algún momento. La falta de perdón afecta a todos y suele impedir que las personas cumplan el plan de Dios para sus vidas. Por eso me apasiona compartir contigo estos principios durante el transcurso del próximo mes. Es hora de ser libre.